jueves, 9 de octubre de 2014

A MI FUTURO AMOR

     



           Conozcámonos más allá de lo que podamos saber el uno del otro, que no se quede en lo típico y aburrido como nuestros gustos, comidas predilectas, música favorita, tendencia política, religión o equipos deportivos, porque en un comienzo todo es lindo, pero la realidad, casi siempre, es mucho más difícil.

           Quiero que me conozcas, o que al menos alguna vez me veas con mis ojos manchados de maquillaje al despertar o con ojeras después de una noche de fiesta, con mi pelo sin peinar, con mis piernas no tan perfectamente depiladas, con uno o varios kilos extras en mi cuerpo y con la consecuencia de ello, como lo son  mis estrías y celulitis.

           Deseo conocerte con tu barba de días, con tu olor a tabaco, cuando roncas e incluso el día en que no te duchas. Me gustaría saber cómo eres cuando estás con gente a la que no soportas y con los que sí quieres estar.  

           Me gustaría que me vieras enojada, tirando chuchadas, cuando mi estado de ánimo es el peor e incluso, ni cuando yo misma me soporto. Cuando mis antojos por un chocolate hacen que me despierte en la noche para ir a la tienda por uno y también, cuando supero mi cuota en mojitos o piscolas, provocando que mis mejillas se pongan coloradas y mi comportamiento sea el más porfiado que hayas visto.

           Te quiero ver en tus peores días, cuando estés enfermo, enojado, con celos o cuando extrañes a alguien. También me gustaría ver cómo eres cuando estás en una fiesta, o con los posibles efectos que puedan provocar en ti unas copas de más o un pito de marihuana.

           Conóceme en esos días en que lo dolores menstruales no me dejan salir de la cama, cuando me sienta frustrada, con pena o me encuentre fea, porque si me conoces en mis peores momentos y aun así te sigo gustando, créeme que ya no desearé conocerte, sino más bien, querré quererte.

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