jueves, 9 de octubre de 2014

A MI FUTURO AMOR

     



           Conozcámonos más allá de lo que podamos saber el uno del otro, que no se quede en lo típico y aburrido como nuestros gustos, comidas predilectas, música favorita, tendencia política, religión o equipos deportivos, porque en un comienzo todo es lindo, pero la realidad, casi siempre, es mucho más difícil.

           Quiero que me conozcas, o que al menos alguna vez me veas con mis ojos manchados de maquillaje al despertar o con ojeras después de una noche de fiesta, con mi pelo sin peinar, con mis piernas no tan perfectamente depiladas, con uno o varios kilos extras en mi cuerpo y con la consecuencia de ello, como lo son  mis estrías y celulitis.

           Deseo conocerte con tu barba de días, con tu olor a tabaco, cuando roncas e incluso el día en que no te duchas. Me gustaría saber cómo eres cuando estás con gente a la que no soportas y con los que sí quieres estar.  

           Me gustaría que me vieras enojada, tirando chuchadas, cuando mi estado de ánimo es el peor e incluso, ni cuando yo misma me soporto. Cuando mis antojos por un chocolate hacen que me despierte en la noche para ir a la tienda por uno y también, cuando supero mi cuota en mojitos o piscolas, provocando que mis mejillas se pongan coloradas y mi comportamiento sea el más porfiado que hayas visto.

           Te quiero ver en tus peores días, cuando estés enfermo, enojado, con celos o cuando extrañes a alguien. También me gustaría ver cómo eres cuando estás en una fiesta, o con los posibles efectos que puedan provocar en ti unas copas de más o un pito de marihuana.

           Conóceme en esos días en que lo dolores menstruales no me dejan salir de la cama, cuando me sienta frustrada, con pena o me encuentre fea, porque si me conoces en mis peores momentos y aun así te sigo gustando, créeme que ya no desearé conocerte, sino más bien, querré quererte.

martes, 16 de septiembre de 2014

MENDIGOS DEL AMOR



Existe un tipo de seres humanos que no son capaces de entender cuando se les dique que no, sobre todo en el ámbito amoroso, y lo peor es que comienzan con una serie de conductas arrastradas, rogativas y casi suplicantes. La mayoría de ellos no logra cumplir con el cometido de conquistar a la otra persona. Este grupo de personas son los mendigos del amor.

Cada oportunidad que tienen intentarán acercarse a ti,  si le das una excusa, te responden con la solución de inmediata para que puedas decir  “ok, está bien, ya”. Y si les dice directamente no, esperan un par de días para volver con toda la plegaria de querer estar al menos un rato a tu lado.

Estoy casi segura de que la mayoría de nosotros (exceptuando los más orgullosos) alguna vez hemos mendigado algunas migajas de amor, y cuando nos damos cuenta de nuestra forma de actuar, puta que nos sentimos patéticos.

Muchos pueden decir que un mendigo del amor vale la pena porque nos quiere a su lado pese a los rechazos constantes, pero, a ustedes les gustaría tener a su lado a alguien que no se tenga amor propio. Al menos a mí, no.

Acá les dejo una lista de ejemplos de conductas mendigas. Si usted está siendo acosado por uno con comportamientos semejantes mejor arranque, ahora, si su comportamiento está siendo algo similar, le recomiendo que cambie la táctica, porque así sólo servirá para los favores y mandados. Se los dice una mendiga rehabilitada.

Conducta  1
Te hablan por chat o whatsapp, no respondes o insisten:
- Hola (Leído a las 14:32)
- =) (Leído a las 14:50)
- ¿? (Leído a las 15:14)
- Aló (Leído 15:25)
- Mmmmmm parece que no estás. (Leído 15:42)

Conducta 2
Insisten con tal de verte:
­ Aló? mendigo del amor
Sí, hola ¿cómo estás?
Bien ¿En qué estás? pregunta el mendigo del amor
En nada
¿Salgamos? invita el mendigo del amor
Mmm no, no tengo ganas
Ahhh pucha… ¿Mañana? — insiste—
No creo
Y pasado o tal vez el viernes o sábado, quizás el domingo, o si te acomoda el próximo lunes o martes — vuelve a insistir—

Conducta 3
Tu empleado sin honorarios:
Es el que sabes que necesitas o quieres algo y se ofrece sin comisión alguna a realizarte el favor, ya sea llevarte comida a tu domicilio o trabajo, como si fuese un delivery, o aquel que desea ayudarte a incluso a planchar tu ropa si es que ve un estado en tu Facebook en el que estás haciendo el aseo.
Es el que se ofrece a ayudarte a elegir ropa, acompañarte al mall, pintar tu cuarto e incluso a actuar de calienta cama una noche de invierno. Todo esto sin que se lo pidas.

Conducta 4
Celosos sin causa ni derecho:
No es nada tuyo, con cuea’ un par de besos o unos cuantos polvos locos, quizás a lo más, tu amig@ con ventaja, pero siempre dejando en claro que de eso no pasan, compromiso real no existe, pero se siente con todo el derecho de exigir explicaciones, celarte e incluso espían tu celular o cuentas de redes sociales. No sólo eso, puede caer en la locura de insultar a cualquier persona que se te acerque. Si estás pasando por algo similar arranca, imagínate si fuese oficial, o si tu comportamiento se acerca a esta descripción te recomiendo que te hagas ver, porque si ya llevas más de 8 meses siendo su peor es nada, difícilmente te pida que seas el o la oficial. Ya no fue.

Conducta 5
El que te busca o habla con excusas weonas:
Te habla o busca con preguntas tan fuera de contexto que muchas veces quedas marcando ocupado.
Ejemplo:
-Está feo el día.
-Tengo ganas de comer cazuela. (Pensarán que le vas a cocinar una)
-Sabes dónde puedo comprar cañas de pescar para ir por un tiburón. (Creerán que eres central de informaciones)
-Me caí y me duele toda la espalda. (Se imaginarán que una irá de enfermera a cuidarlos)

Conducta 6 
El regalo obligatorio:
Es el que sabiendo que no lo pescas, te regala entradas para un concierto, show o cine, siempre serán dos tickets, una para ti y obviamente el otro para aquel solicitante de amor. Si no tienes plata para ir a tan deseado espectáculos irás, pero de seguro no irás con cara de romanticismo.

Conducta 7
El penoso online:
Es el que pasa publicando canciones tristes, poemas y frases de amor, y siempre calzará con tu historia. Y en sus momentos de decir “ya basta, se acabó” sus publicaciones son de despecho, enojo y rabia.



sábado, 23 de agosto de 2014

AMOR SUBVERSIVO

Revoluciona hasta las hormonas



Dedicado a mi palomita.


Hay un tipo de hombres que para cierto grupo de mujeres es muy peligroso, y se trata del revolucionario. Ellos envuelven a cada nueva víctima con su discurso político – social,  logrando cautivar a cada una de sus compañeras con sus ideales de un mundo mejor y más igualitario. Pero chicas, mucho cuidado con estos guerrilleros del amor, porque venden la pomada fácil, ya que literalmente tienen el don de la palabra, hablan bonito, son inteligentes y casi siempre, las dejarán sin respuestas a sus planteamientos, situación que ocultamente a algunas féminas les encanta.

A cual usanza de un revolucionario francés de 1789, estos tipos basan su vida en tres ideales esenciales, como lo son la libertad, igualdad y fraternidad. Pero mujeres, no crean que esto es sólo en lo político, porque su fervor a estos ideales los hacen completamente consecuentes, a tal  punto, que lo llevan incluso a su vida amorosa y sexual.
¿No me entienden? Pues se los explico:
Libertad: Son verdaderos seres libres, no les gusta amarrarse a nada que no sea alguna agrupación o partido político, porque en términos amorosos los compromisos no existen. No les gusta la palabra pololeo y odian el día de San Valentín, ya que el 14 de febrero fue creado por los capitalistas para incentivar el consumismo y endeudamiento.
Igualdad: Son pájaros libres, les gusta volar y tener nuevos desafíos, por lo que esperan que ustedes se conviertan en verdaderas palomas, que sean igual de migratorias que ellos y que en donde puedan, prueben migas de distintas plazas.
Fraternidad: Les encanta compartir y fraternizar con cuanta compañera se les cruce. Tienen una obsesión por colectivizar sus cuerpos y sobre todo si ella es una mujer combatiente. Soñarán con tenerlas arriba de ellos de manera insurrecta y subversiva.
            Con ellos siempre lo pasarán bien, sus invitaciones son poco comunes si las comparamos a las de cualquier otro galán tradicional. Irás a marchas, actividades político sociales, artísticas y populares, se rajarán con una sopaipilla con mostaza, un libro, un documental o un par de aros comprados a un artesano del Parque Forestal o del barrio Yungay, pero pese a lo económica de sus citas, te divertirás demasiado y jamás te faltará una buena conversación a su lado.
Suelen ser potentes y de personalidades fuertes, tienen un gran poder lingüístico, y generalmente los escucharás citar a Marx, Lenin, Gramsci, Guevara entre otros. Es probable que los encuentres tan inteligentes y cultos que de seguro no te darás cuenta cuando tengas los calzones estilando por culpa de su oratoria.
Y así como son de  apasionados por sus ideales políticos, son igual de intensos en la cama. Son tan compañeros que siempre querrán compartir el placer contigo, queriendo la igualdad para los dos. Así que chicas, si quieren buenos polvos, este tipo de hombres son completamente recomendados, ya que son unos verdaderos guerrilleros sexuales; tus hormonas se revolucionarán cada vez que estés al lado de él.

lunes, 18 de agosto de 2014

CON GANAS DE AMAR



Después de leer esto quizás varios considerarán que soy media tonta e incluso cursi, pero ya llevo un tiempo más que considerable sin que me guste alguien de verdad. Quiero una persona que me importe y que me haga sentir mariposas en el estómago, pero aunque esté con toda la disponibilidad de conocer a ese alguien especial, la cosa no es nada fácil, porque no todos tienen “eso” que tanto buscamos.

Seamos sinceras, es bien aburrido cuando no nos mueve alguien de verdad, e incluso, en más de alguna ocasión hemos hecho el comentario “quiero engancharme” a una de nuestras amigas, y es probable que así sea, porque esa sensación de enamoramiento baboso en nuestras cabezas es lo mejor, nos sentimos felices e incluso idiotas, pero no importa, muchas veces preferimos estar así, con cara de imbéciles cada vez que lo vemos a no sentir algo especial.

Si bien, el estar sola, salir con amigos o un posibles proyecto a…, pasarlo bien, conocer a diferentes hombres y tener relaciones sexuales de manera libre y sin compromisos es una etapa necesaria y entretenida, eso, hasta que llega el momento en que una igual necesita de esa cursilería de cuando nos gusta alguien, esas sensaciones de celos, embobamiento, de querer estar con una persona, presentárselos a tus amigos y hacer cucharita un domingo por la tarde.

Desde hace casi tres años que no me interesa alguien de verdad, y si bien, el último año he salido y pinchado con más de algún chiquillo lindo y simpático, ninguno de ellos ha tenido ese algo especial, que tanto busco.

No me inquieta estar sola, estar sin tirar, no tener un minito con quien disfrutar de unos tragos y luego darnos un revolcón, pero sí me preocupa que esto no me importe; me molesta sentirme tan acostumbrada a mí. Quizás como dice una amiga, “nos asusta que nos deje el tren”, pero igual es extremista ¡recién estamos llegando a los 30! Quiero pensar que sólo son las ganas de sentir pasión por alguien.

Llegué al punto de aburrirme de tanto intento fallido, de citas que me entusiasman en las primeras salidas pero que luego se convierten en meras reuniones monótonas, o que luego de un par de semanas ese príncipe azul comience a desteñirse ante mis ojos, y por muy mino lindo, simpático e inteligente que sea, no tiene ese “que se yo” que, al menos yo, estoy buscando.

jueves, 14 de agosto de 2014

NO QUEREMOS TUS PIROPOS

Agresión sexual callejera




Oye weón, no hay nada de malo en que encuentres guapa a una mujer que ves pasar por la calle, pero de ahí a que te comportes como un primate violador y acosador callejero es otra cosa, porque créeme, nuestro género difícilmente ande mirando el paquete a cada hombre que ve por ahí.

Ya son varios los casos en los que nosotras hemos sido víctimas de estos mal educados machos chilenos, y lo peor, es la sensación de vulnerabilidad que se apodera de una, cada vez que un weón que cree que por tener pene tiene todo el derecho a acercarse, susurrarnos, “piropearnos”, mirarnos de manera lasciva e incluso a tocarnos.

Una cercana me contó que mientras iba caminando, un motociclista, que bajó la velocidad al pasar por su lado, le agarró el culo para luego acelerar y arrancar como macho recio. Cuando me comentó lo sucedido, aparte de demostrarme su rabia e impotencia, fue imposible no acordarme de una experiencia similar que me pasó hace 15 años atrás, cuando tenía 14, una niña aún, y un señor de edad avanzada que pasó en bicicleta por el sentido contrario por donde yo iba, estiró su mano y agarró uno de mis pechos no desarrollados en ese entonces. Recuerdo la sensación de angustia, miedo e invasión, la que me paralizó por completo, por lo que ni siquiera reaccioné a gritar “viejo culiao”, sólo lloré.

Dentro de esta manda de degenerados y violadores callejeros existe una amplia variedad, los que se distinguen por sus distintas formas de actuar, pero todos con la intención de demostrar su gusto por la mujer que pasa a su lado:

Violador rayos X:
Ese individuo con cara de caliente, el que llega babear cuando ve un buen par de tetas, pero que no dice nada, no toca ni se acerca, sólo mira fijamente, de pies a cabeza empelotando a cada mujer víctima con su mirada. Siempre nos sentiremos ultrajadas con su lasciva mirada.

Violador dientes destemplados:
Ese hombre culiao que pasa por tu lado y que no es capaz de balbucear palabra alguna al oído, más allá de un incómodo y asqueroso “ssssssssst”, el que muchas veces lo hace tan de cerca que podemos sentir su respiración. Pero la verdad caballeros, nosotras no sabemos si están tratando de imitar a una freidora o se le  destemplaron los dientes por los cambios climáticos.

Mirón care’ raja:
El que va con la mina, polola o señora de la mano, y que no tiene problema ni vergüenza alguna en mirar descaradamente a un buen culo que se le cruce.

Mirón con ruedas:
Ese imbécil que cuando te ve pasar toca la bocina de su auto, y hay casos, en que el sonido de éste es un silbido (ultra flaite) e incluso saca la cabeza de la ventana y te grita desde ahí cualquier pachotada que se le ocurra. Entre sus comentarios típicos destacan: “mijita rica” o “pa’ dónde va mamita, si quiere la llevo”.

El viejo verde:
Es el hombre que suele superarte al menos en 30 años, el que perfectamente podría ser tu padre. Este es el típico que pasa por tu lado, de manera sigilosa y que te dice “preciosa” o “cosita linda”; siempre con ese tono morboso.
      Caballero de esta calaña, si lee esto, por favor no lo siga haciendo, no sea depravado y mucho menos si la víctima de sus “piropos” es una menor de edad con uniforme escolar. No sea patético tatita. 

El mano larga:
Este es el peor de todos, este weón no tiene respeto en lo más mínimo, y sin importarle y ni siquiera invitarte una piscolita o decirte hola, ya tiene una de sus manos en tu culo o en uno de tus pechos. Este tipo de imbéciles son rápidos e invasivos, generalmente cuando actúan lo hacen solos.

El poeta flaite:
Son esos piroperos último de ordinarios, suelen actuar en grupos o con alguien más, y por dárselas de chistosito sale con una pachotada de lo más vulgar. Entre sus frases destacan: “quién fuera limón para comerme ese chorito”, “mijita rica, corazón de oro, yo le meto el pico y le rompo el choro” o “con esa raja usted debería cagar bombones”. Definitivamente ustedes no están para un Nobel.

El Neruda:
Son todo lo contrario a los anteriores, ellos pueden actuar en grupo o solos, pero sus piropos al ser delicados e incluso lindos, en vez de hacernos sentir invadidas nos sacan una sonrisa, ellos podrían ser la excepción. Entre sus frases podremos escuchar “Me gustaría ser lente de contacto para que no puedas sacarme de tu mirada” o “si su belleza fuera un instante, usted sería la eternidad”.

Cualquiera de ellos, ya sea que actúen con una mirada lasciva, un agarrón, susurro o piropo, sólo demuestran lo primitivo que puede llegar a ser el género masculino, y además, que muchas veces creen que por poseer un pene éstas actitudes están casi en su naturaleza, o mucho peor, nos culpan a nosotras por andar provocando, ya sea porque andamos con ropa ajustada, con un buen escote o una mini falda.

¡Hombres! ¿Acaso a ustedes los parió una yegua? Sólo queremos respeto y poder caminar tranquilas por las calles.



martes, 12 de agosto de 2014

SI QUIEREN POLOLO PIDAN POLOLEO



¿Por qué deben ser siempre ellos los que pidan pololeo?

He escuchado en más de alguna ocasión decir a una mujer que está aburrida de andar o de esa relación liberal que tienen con el galán de turno, y que si por ellas fuera ya estarían pololeando con aquel muchacho.

A la mayoría de ellas cuando les pregunto el por qué no han pedido pololeo, me responden casi siempre con las mismas frases: ¿cómo se te ocurre? ¡No, qué vergüenza! ¿Y si me dice que no? Eso es cosa de ellos, las mujeres no piden eso, entonces, es ahí cuando me cuestiono el qué tiene de malo que una mujer le pida a un hombre ser su pololo, si tanto ellos como nosotras nos arriesgamos a que nos den un no, y si lo miramos desde un lado más práctico así sabríamos de inmediato en qué parada se encuentra el otro, y así está en nosotras decidir si queremos o debemos seguir webiando ahí.

Como olvidar la vez que lo pedí, y reconozco que me fui a la segura, requetecontra juré que me diría que sí, pero el tiro me salió por la culata, y la respuesta fue no, sólo me quedó aceptar y entender sus motivos, así que después de medio año supe en qué terreno estaba pisando realmente. Pero saben qué, sobreviví al rechazo y no fue vergonzoso que se negara a mi romántica propuesta.

Chiquillas, de verdad se los digo, si tanto quieren pololear o ponerle algún nombre a la relación que están teniendo, por qué no se acomodan bien los ovarios y como bien mujeres que son lo piden no más. Por qué tienen que esperar a que sus príncipes se decidan y les pidan a ustedes que sean sus pololas, novias, esposas o lo que sea. Libérense de sus miedos y digan los que quieren, lo que necesitan, los que las hace feliz, porque de seguro, él jamás esperará que tomen tan “valiente” decisión.



sábado, 9 de agosto de 2014

MUJERES CON CORAZONES EN FUGA




Quizás todas hemos dicho o escuchado a más de alguna amiga decir que quieren un pololo o novio, pero generalmente ellas se pasan quejando de que todo hombre que se les presentan en la vida son pasteles o que ninguno cumple con los requisitos básicos, pero pasa y pasa el tiempo y ellas aún se encuentran sin una relación estable o con alguien que les haga cucharita un domingo de lluvia.

Entre tanto escuchar las cosas que todas hemos dicho referente a las relaciones, en más de alguna ocasión me he cuestionado si los verdaderos pasteles son ellos o nosotras, ya que conozco más de algún caso en el que todo va por buen camino pero somos las mujeres las que nos terminamos aweonando y metiendo la pata; y muchas veces hasta el fondo.

Hay casos en que todo va por buen camino, se está conociendo a alguien, se pasa bien e incluso, el cabro logra interesarnos más allá que para unas cuantas cachas, pero basta con que el galán haga una demostración mayor de sus sentimientos para que nosotras cambiemos de tema, le comencemos a encontrar todos los putos peros y nos pongamos más frías que candado de estancia.

Comenzamos a cuestionar TODO sobre el pretendiente, que si no es demasiado protector es despreocupado; que es un derrochador o un amarrete mano de guagua; que no cuida su imagen personal o que es “demasiado mina” para sus cosas; que es muy pegote o que no nos pesca; excusas para encontrar un pero definitivamente no faltan.

Entonces por qué nos quejamos de que estamos solas, si somos nosotras las que auto boicoteamos un posible buen romance. Es probable que estemos cagadas de susto de emprender algo más formal, pero como dice un gran cantautor cubano “los amores cobardes no llegan a amores o a historias se quedan allí”. Y si hablamos de cobardías acá les dejo un listado del tipo de mujeres que son unas verdaderas corazones en fuga.

La pájaro libre:
Desde un inicio dejan bien clara su posición frente a las relaciones, ellas no necesitan a un hombre a su lado, están felices con una opción liberal, en la que cada uno puede hacer lo que se le plazca con su vida, siempre y cuando esté el uno con el otro cuando se necesiten. Acá se prohíbe hablar de sentimientos profundos, más bien, esto es una relación de sexo y amigos con cariño, pero llegado el momento en que el príncipe comienza a disfrutar de su tiempo, las muy pelotudas se ponen a llorar y a despotricar porque él también lo pasa bien con otras.


La caprichosa:
Esta tipo de mujeres son las que principalmente se quejaban durante su soltería de que se sentían solas, pero una vez que aparece un buen hombre que está dispuesto a acompañarlas ella comienza a realizar su vida de manera normal, va a conciertos, sale con sus amigos, organiza las vacaciones con sus comadres e incluso va de compras y al gimnasio, pero todo lo hace sin la compañía de su galán. En este caso lo quiso, lo tuvo y ya no lo necesita.

La “soy demasiado para él”
Ningún hombre se la merece, porque ella es demasiado guapa, simpática, inteligente, independiente y con dinero, por lo que aquella mujer a lo mínimo que puede acceder es a un ejecutivo de alto nivel, un político importante o un rockstar.

La “hay que conocer varios picos antes de quedarse con uno”
No me refiero a una mal llamada puta, pero sí este tipo de mujeres prefiere conocer a varios hombres antes de quedarse con uno, pese a que ya lleve más de 10 años catando distintos estilos de hombres, pasó por los raperos, rastafaris, rockeros, pelo largo, corto, alto, chico, blanco, negro, rubio, inteligente, musculoso, científico, humanista, de derecha, de izquierda etc, pero ninguno logra ser el complemento que ella necesita, por lo que en más de una ocasión decide optar por más de uno a la vez, y ahí recién siente tener la contención tanto en lo emocional, sexual e incluso económico.

La pesimista
Es la que sueña con encontrar a ese compañero que la complete tanto en lo sexual y psicológico, pero que cuando tiene la oportunidad de salir con alguien, ya quieren salir corriendo, incluso antes del primer beso, por miedo a que éste sea casado, sea mentiroso, que en un futuro la pateé, no sea tan bueno en la cama, etc. Su idea es evitar un posible sufrimiento a futuro.

No hay mujer que en algún momento de su vida no se haya visto o imaginado con alguna pareja, ya sea hombre o mujer, pero hay algunas, que una vez teniendo la oportunidad de comenzar a crear una linda relación tienden a boicotear este posible hecho.




miércoles, 6 de agosto de 2014

JAMÁS HE DICHO TE AMO




¿Cuántas de las veces que han dicho “te amo” fueron sentidas de verdad?

Pueden que digan que soy fría, pero igual siento algo de orgullo por jamás haber dicho esa expresión lógicamente a alguien que no sean mis papás, hermanos, primos o reales amigos, porque a lo que es una pareja, nunca le he dicho tal cosa, pero no crean que soy la grinch del amor, no voy en contra del sentimiento, sino, de aquellos que dicen “te amo” con toda la ligereza como si dijeran hola, gracias y por favor.

Tampoco digo que no me haya enamorado, pero el “te amo” es tan potente que no cualquiera se lo merece. No es de cobarde, pero expresar algo tan profundo requiere de verdaderas ganas de querer decirlo. No hay que hacerlo por un simple cumplido o por el hecho de tener una pareja, sino, porque realmente uno se siente amando.

Cuando tenía 16 años el pololo de entonces me lo dijo, pero con la intención de llevarme a la cama, así que dudo de la veracidad de aquella frase en ese entonces. Menos mal que mi cabeza no le creyó y no caí en tan barata trampa amoroso-sexual. Es seguro que transcurrido más de diez años de aquel episodio, él está más que convencido de que nunca me amó.

Durante mis casi 29 años, he tenido a mi lado a dos personas importantes, a ninguno les dije “te amo”, a lo más, a uno de ellos pude decirle algo similar “me enamoré”, tampoco le especifiqué que era de él, pero sé que entendió lo que quise decir. Cobardía o vergüenza, quien sabe, solo callé.

De algo estoy segura, y es que el día en que le diga “te amo” a alguien, será porque de verdad así lo sentiré, tanto en la guata, en el útero y en la cabeza, no digo en el corazón porque eso es mera cursilería que alguien inventó.

Es  probable también, que una vez liberada esta romántica frase de mi boca no la diga de manera constante, porque esa tan repetida y manoseada oración se ha convertido incluso en comercio barato (sí, y lo podemos ver en globos metálicos con formas de cuanto dibujo animado existe, peluches, chocolates y pergaminos en los que se pueden leer “te amo”).

Tengo la sensación que estas dos palabras se desgastan y pierden el poder de su significado, su real simbolismo e incluso, el efecto de emoción en la otra persona al momento de escuchar lo que le provoca a la otra, todo esto por las exageradas repeticiones de la máxima del amor.

lunes, 4 de agosto de 2014

QUE SÍ, QUE NO, QUE NUNCA TE DECIDES

           



            Todos son algo complicados, tienen sus "peros" o alguna que otra tranca en la vida, algo no tan difícil de entender, pero hay una clase de hombres que simplemente es imposible de llevar, esa por el cuál nos hemos cuestionado en más de una ocasión qué es lo que ellos quieren o si estamos saliendo con un pendejo o un bipolar.

            Este weón nos encanta porque es impredecible, pero como dice el gran poeta Ricardo Arjona, eso mismo que nos gustó de ellos es lo que luego nos provoca llanto, en un principio lo tomamos como un verdadero desafío, pero la verdad es que cuando creemos que estamos ready todo se chinga de una y sin saber el por qué.

            Estos especímenes nos llaman e invitan a cenar, nos dicen que les gustamos, son coquetos, entretenidos y siempre tienen tema para hablar, y en más de alguna de estas "citas" lo que no buscan es sexo, lo que en un comienzo los convierte en el mino ideal, eso sí, hasta que empiezan a comportarse de acuerdo al ciclo lunar. De pronto dejan de llamarnos, desaparecen del mapa y si los buscamos nunca tiene tiempo.

            Pasan semanas en que no hay noticias de ellos, hasta que los perlas vuelven, nos dicen que nos extrañan, que la cagaron, que estaban confundidos, que les gustamos, que somos minas únicas y bla bla bla. Escuchamos sus dramas, conversamos, vamos a bailar, hay sexo (del bueno, de ese bien rico), nos quedamos en su departamento y dormimos cucharita. Al otro día vuelven a desaparecer.

            Nuevamente ocurre lo mismo, no sabemos de su paradero y ni sus Facebook saben en qué están pensando. Pasan semanas y vuelven convencidos de que nos quieren, que les gusta  estar con nosotras y adivinen; las tontas weonas volvemos a caer. Al rato ya no somos las mujeres que necesitan, estamos cambiadas y los peros aparecen otra vez, entonces, es ahí cuando comienzan nuestros cuestionamientos de que si necesitan ayuda de una parvularia porque son unos pendejos o asistencia psicólógica por su bipolaridad.

            Estos casos tienen dos cosas malas —aparte de todos los dolores de cabeza—, la primera es que el sexo es escaso, se tira poco en varios meses, ya que entre escucharlos, esperarlos y que nos vuelvan a buscar perdemos varias semanas de bailes horizontales. La segunda es que su bipolaridad llega a ser contagiosa, porque sin darnos cuenta llega el día en que nos aburrimos, no queremos verlos, los eliminamos de whatsapp y mucho menos los buscamos, pero a la primera llamada de ellos nos levantamos de inmediato, nos ponemos guapas y en menos de quince minutos estamos listas para verlos, en definitiva, nos volvimos igual de bipolares. Fuimos contagiadas.

            Pero saben qué washitas lindas, por más que tengamos paciencia con ellos, aunque los esperemos semanas e incluso meses, la situación no va a cambiar, porque mientras ésta clase de inestables emocionales no sepan qué es lo que en verdad quieren en su vida, la única ayuda que les podemos brindar es el número telefónico de un buen psicólogo.

jueves, 31 de julio de 2014

HEROÍNAS AL RESCATE DE LOS HOMBRES

    


     Hay un grupo de mujeres que son secas para encontrar a esos hombres problemáticos, y no me refiero a esos weones infieles, mentirosos o golpeadores, sino, aquellos que su vida es un dramón eterno, lleno de conflictos familiares, inestabilidades emocionales o infelices por culpa de una relación anterior, en definitiva, las teleseries de Victoria Ruffo son una alpargata al lado de la historia personal de este tipo de pasteles.

     Este tipo de mujeres, que de verdad tienen ojo de lince para encontrarse con un modelito de éstos, tienen un complejo escondido de madre Teresa de Calcuta, quieren protegerlos y sanarlos para devolverlos nuevamente a la vida, y quizás, en el interior de ellas sueñan con ser las heroínas de una novela romántica, requetecontra jurando de guata que tendrán un “y vivieron felices por siempre”.

     Este tipo de hombres son sumamente peligrosos para el estado emocional femenino, ya que suelen cargar con su mala energía a las amorosas chiquillas consentidoras, pero no porque ellos quieran, sino, porque están tan meados de gato que sus vibras negativas son más fuertes que ellos.

     Lamentablemente los hombres drama suelen utilizar a este tipo de mujeres, ya que les sirven como psicólogas, terapeutas e incluso, pueden ser sus amantes ideales, pero pese a que ellas se sepan el kamasutra al revés y al derecho, es muy posible que ellos una vez renovados, y que vuelvan a sentir esas ganas de vivir, como buenos ave fénix que son, abrirán sus alas y migrarán a otros brazos.

     Pero heroínas al rescate de hombres caídos, no se depriman, ustedes son sumamente necesarias, realmente le hacen un bien a la sociedad, ya que por cada “trabajo” o sujeto rehabilitado de penas y problemas, ustedes consiguen que en un futuro dos personas sean felices; el pastel dramático y la nueva protagonista de su historia.


miércoles, 30 de julio de 2014

VIAJE AL ACOSO PLACENTERO



     Verano, 18:30 horas, me subo al vagón del tren, la verdad es que está repleto, apenas cabe un alfiler. Avanzo hasta al fondo. Tengo 45 minutos de trayecto para llegar a mi destino.

     Esta tarde, en Santiago, hubo alrededor de 34º grados, por lo que llevo puesta una pequeña falda de jeans, una polera de pabilos color rojo y unas sandalias, vestimenta acorde para un día caluroso, pero no para viajar en metro; ¿o sí?

     Voy leyendo la publicidad que está en el vagón, comienzo a sentir el vaivén de alguien que está detrás de mí, por unos segundos omito la situación, pienso que es producto del tren. El roce cada vez es más fuerte y constante, intento voltear para ver qué sucede, quién es, pero me es imposible girar, callo, la verdad es que me excita sentir que un desconocido estuviera tan cerca de mí, es como una fantasía que ha rondado por mi cabeza en el último tiempo.

     Lentamente empiezo a moverme muy suave hacia atrás, quiero seguir sintiendo ese bulto que se restriega en mi trasero, una mano comienza a subir por mi muslo, mientras en mi oído me susurran “shhhh”,  sus dedos siguen escalando por mi cuerpo hasta llegar bajo mi falda; se quedan sobre mi ropa interior. 

     Aquel desconocido da inicio a sus cariños, cierro los ojos y disfruto del placer que esto me provoca. Siento como sus dedos se mueven en forma circular sobre mi ropa, y como ésta, comienza a humedecerse. Ya terminó con los minutos de caricias, ahora mete sus dedos debajo de mi tanga y recorre todos mis recovecos, casi exploto de placer, es impresionante el deleite que me está entregando este anónimo hombre. Me aguanto las ganas de pedirle que continúe con su trabajo manual,  mientras a la vez cargo mi cuerpo hacia atrás y noto como ese bulto va creciendo cada vez más.

     Llegamos a la estación combinación, mucha gente entra al vagón – a la fuerza-, por lo que me pego mucho más a aquel desconocido, -situación perfecta para que él-, lentamente empieza a subir mi pequeña falda, sin dejar de masturbarme, lo hace de una manera en la que ningún otro chico lo había hecho antes.  Su mano separa algunos centímetros mis piernas, me agarra fuerte por las caderas y me introduce su gran pene. Fueron alrededor de tres embestidas completamente placenteras.

     Me dice al oído “aquí me bajo”. Nunca pude ver su rostro.


martes, 22 de julio de 2014

EL EX ETERNO



     Hay un tipo de ex que es casi imposible olvidar, y no porque se te mojen los calzones cada vez que escuchas su nombre o ves una foto de él, sino, porque gran parte de tus cercanos te lo recuerdan constantemente, y lo peor, juran de guata que a pesar del par de años desde el término, tú aún conoces cada uno de sus movimientos.

     Él fue ese pololo de años, conocido por toda tu familia y amigos, el que te acompañó a tu fiesta de graduación, el que conoció a tus compañeros de colegio y universidad, el que llegaba a tu casa y abría el refrigerador sin pedir permiso, ese patúo simpático, gorrero por genética o el que te cagaba porque se sentía solo o aburrido. Pero también, fue ese pelotudo que siempre te hizo reír, y aunque fueron varias, más bien demasiadas, las veces que te hizo rabiar, es imposible odiarlo; pese a que parecías un verdadero alce a su lado.

     Ese mismo weón que dejó de estar a tu lado hace un tiempo más que considerable, pero el que sigue llamando a tus padres para sus cumpleaños, navidad, año nuevo o cualquier celebración familiar. Ese mismo weón que comenta las fotos de tus primos en Facebook con frases como "Saludos primos,  cariños a los tíos". Razón para que varios de la familia lo sigan considerado como parte de ella, aunque tú, ya tengas a varios washitos más sobre el cuerpo.

     Él es ese mismo ex al que eliminaste de cuanta red social te encuentras inscrita. Ese mismo que es odiado por tus amigas más cercanas y amado por tus padres,  tíos y primos. Él es ese mismo saco de pelota que te convencía de que toda mina que lo buscaba era una loca acosadora, ese mismo al que le aguantaste hasta lo imposible. Ese que te convirtió en una verdadera huevona y por el cual lloraste más de cincuenta veces... Ese mismo que te preparaba las mejores tostadas con huevos revueltos y café. 

     Ese mismo weón que hoy tiene una relación estable. Ese mismo que de vez en cuando te manda un correo para saber de ti. Ese mismo que cuando te ve dice extrañarte te invita a salir. Ese mismo al que ahora le dices no.

     Ese mismo por el que siempre todos te preguntan por él.

domingo, 13 de julio de 2014

TODAS SOMOS PERRAS






     Muchas  veces, a más de de una, nos han llamado perras, pero si lo analizamos con detención TODAS en algún momento de nuestras vidas hemos actuado como tal, y no se espanten las más cartuchitas, porque ustedes también, y quizás, sólo tengan un mejor pedigree.

     Sí, todas nos hemos comportado como una, la única diferencia es que la raza adoptada va variando de acuerdo a la situación y a la persona con la que estemos. Un ejemplo de ello es que a veces nos parecemos a unas verdaderas poodles, y no me refiero a que andemos con un pompón en el culo, sino, que en ocasiones nos comportamos como tal, con esos celos pa’ callao, pero teniendo siempre claro que un escándalo es lo peor que podemos hacer -qué wea más atroz ¿no?- Como hay que ser CASI siempre dignas, sólo marcamos el territorio, sí, los meamos, pero nunca al punto de dejar la poza al lado de nuestros machos, sólo nos conformamos con dejar nuestro olor.

     Existen otras ocasiones -ojalá fueran todas así- en que somos unas verdaderas labradoras, nos volvemos locas cada vez que vemos a un “niño”, y si éste es cariñoso con nosotras nos ponemos de inmediato a jugar; ya sea de día o de noche.

     Hay un tipo de raza que nunca falta, y no lo niegue porque sí que las hay, son las perras cocker, son esas weonas lindas con care’ cuica pero que con cuea son clase media, siempre se las dan de más y buscan subir de rango social, generalmente lo logran gracias a su aspecto bonito. Es común verlas rodeadas de perros más finos que ellas. No cualquier mujer tiene alma de cocker, y no toda puede convertirse en una. 

     Existen ocasiones en que podemos convertimos en unas rotweiller, demostrando abiertamente nuestros celos, logrando ser escandalosas e incluso, si es necesario, somos capaces de mostrar los dientes, y si la situación así lo amerita no hay limitante alguno para  mandarnos un Luis Suárez y lanzar directamente la mordida. Marcamos tanto el terreno que no dejamos que nadie se acerque a nuestro macho; porque ese perro es nuestro; y a él se le cuida.

    También están las pittbull, son aquellas fuertes y atléticas,  poco románticas y generalmente parecen más las amigas que las pololas, suelen tratar a sus machimbres de “wena perrito”. Así como ellas, igual existe su lado opuesto, las femeninas, delicadas y las que gran parte del día están preocupadas por la facha, antes muerta que sencilla es su lema. Les gusta estar casi siempre al lado de sus perros, y si por ellas fuera, ojalá siempre bien pegados; éstas son las yorkshire.

    Pero hay una que no puede faltar y esa es la perra quiltra, es la fiel, la compañera, la que literalmente aperra en todas con su macho, está en las buenas y en las malas, va de paseo con él tanto a La Dehesa como abajo del río Mapocho.  Ella no tiene problema alguno en follar donde sea, e incluso, es capaz de pelar los tomates por él, eso sí, sólo lo hace por su perro. Esta perrita que llevamos dentro sólo aparece cuando encontramos al hombre que nos provoca ese todo inexplicable. Esta perra sólo florece cuando nos enamoramos. 

Faqmen